El 25 de abril de 2015, Nepal sufrió la peor tragedia en 80 años cuando un terremoto de 7,5 grados en la escala abierta de Richter causó la muerte a miles de personas, especialmente en varios de los distritos más pobres del país.
El Gobierno cuantificó las pérdidas por el sismo en 6.600 millones de dólares y evaluó el costo de la reconstrucción en 7.000 millones, sin embargo, las fricciones políticas y el retraso en la constitución de la Autoridad Nacional para la Reconstrucción -que se nombró en diciembre pasado- han ido posponiendo programas para los que la comunidad internacional prometió 4.400 millones de dólares que no ha desembolsado por la falta de contraparte en el país.
Del casi millón de viviendas dañadas o destruidas apenas 30.000 han sido reconstruidas o entregadas.
Alrededor de medio centenar de familias de Bakhtapur aún siguen viviendo en el predio de una escuela convertida en un campamento con demasiados meses de vida como para seguir llamándole temporal.
Son nada más que una muestra de las 800.000 personas que perdieron sus casas y aún viven en campamentos, bajo toldos o cobertizos improvisados.
Apenas han recibido 15.000 rupias nepalíes (unos 150 dólares), o 25.000 (250) en el mejor de los casos, para comenzar el trabajo de recuperación de sus viviendas.
EFE
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