“Este domingo, de mañana, en cuanto reculaba para sacar una fotografía, un turista brasilero tocó la estatua barroca de madera”, derribándola, confirmó a Diário de Notícias una fuente oficial del museo.

Un comunicado del Ministerio de Cultura portugués, citado por Folha de São Paulo, aseguró que había un vigilante en la sala al momento del incidente, quien alertó al turista para que no siguiese retrocediendo, pero este hizo caso omiso.

La misma fuente aseguró que los daños son “irreversibles”.

António Filipe Pimentel, director del museo, denuncia que cuenta con muy pocos vigilantes —apenas 20 para 82 salas abiertas al público— y requiere al menos el doble de personal.

LO ÚLTIMO