El mandatario republicano escribió este miércoles:

“Mi hijo Donald hizo un gran trabajo anoche. Fue abierto, transparente e inocente. Esta es la cacería de brujas más grande en la historia política. ¡Triste!”.

Además, como de costumbre, aprovechó para atacar de nuevo a los medios de comunicación, que han servido para destapar lo que para muchos es una ‘olla podrida’:

“Recuerden, cuando escuchen las palabras “fuentes dicen” en los medios falsos, la mayoría de las veces esas fuentes son fabricadas y no existen”.

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Los comentarios de Trump padre vienen a raíz de la gran polémica que desató la noticia de que su hijo mayor se reunió durante la campaña presidencial de 2016 con una abogada rusa, que tiene conexiones con el gobierno de ese país, y que le ofreció información que podría hacerle daño a Hillary Clinton, la principal contrincante a la que se enfrentaría su padre en la recta final de la carrera por la Casa Blanca.

Trump Jr. les ha salido el paso a todas las informaciones que se han difundido y que lo tienen ‘con el agua al cuello’. La más reciente declaración ocurrió el martes en la noche en Fox News (la ‘casa’ de los Trump en los medios), en donde reconoció que habría hecho las cosas “un poco diferente”, cita CNN. Sin embargo, siempre se ha sostenido en que la reunión en realidad se desvió de tema.

A pesar de la seguridad con la que se comunica Trump en Twitter, varios medios aseguran que en realidad la situación es mucho más complicada en la Casa Blanca. The Washington Post, por ejemplo, califica el asunto de “huracán de categoría 5”, y afirma que el presidente está furioso porque las acusaciones sobre la supuesta relación de su campaña presidencial con el gobierno ruso no se detienen, y peor ahora, que su hijo mayor está en el ojo de ese huracán.

Incluso, agrega el medio capitalino, muchas de las personas más cercanas a Trump Jr., a pesar de que en público le muestran su apoyo, en privado dicen que la historia es un desastre en materia de relaciones públicas, tanto para él como para la Casa Blanca.

The New York Times agrega que para los colaboradores del presidente, la situación también se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza, al punto de que ahora se culpan unos a otros anónimamente por las decisiones que han tomado en los últimos días.

Por ahora, el presidente alista maletas para visitar a su homólogo francés, Emmanuel Macron, en el Día de la toma de Bastilla, fiesta nacional en el país europeo. La polémica, sin embargo, seguirá y no se ve que vaya a terminar pronto.

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