El primer rastro data de octubre de 2014, cuando Trump criticaba a Obama por irse a jugar golf mientras el país estaba “afrontando problemas y dificultades”.

Sin embargo, el pasado 11 de febrero, en medio del descontento que hay en el país con su gestión y cuando se evidencian grietas en su gabinete, Trump publicó en su cuenta de Twitter que estaba con el Primer ministro japonés, Shinzo Abe… en un campo de golf.

Pero esa no es la única acción de Obama que Trump está repitiendo. En diciembre de 2011, el actual mandatario criticó al entonces presidente por tomarse unas vacaciones en Hawái, que les costaba U$ 4 millones a los contribuyentes mientras había un desempleo del 20 %, según el magnate.

Pero Trump, aunque no lleva ni un mes en la Casa Blanca, ya hizo su primer viaje de vacaciones: al día 14 de su mandato, se desplazó a Mar-A-Lago, en el sur de la Florida, en lo que él describió un “fin de semana de trabajo” y que, según Politico, costó cerca de U$ 3 millones en impuestos.

Finalmente, en septiembre de 2012, Trump afirmaba que Obama era un “desastre” en cuando a política exterior, que no tenía “experiencia ni conocimiento”, y que no era “capaz de hacer ese trabajo”.

Lo que Trump no imaginaba en ese momento era que, cuando él ocupara el primer cargo de la nación, sería evidente que los pilares de la política exterior de su antecesor se mantendrían en su propio gobierno. Así, por ejemplo, las acciones de Trump contra Rusia, Irán e Israel son muy similares a las de Obama.

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