La Casa Blanca confirmó este martes las afirmaciones del presidente, pero se negó a brindar evidencias.

Horas después de que Trump dijera a líderes del Congreso que unas 5 millones de personas habían votado ilegalmente dos meses atrás, el portavoz de la presidencia, Sean Spicer, confirmó esos dichos.

El comentario que hizo fue que entre tres y cinco millones de personas votaron de manera ilegal de acuerdo a estudios que él pudo ver”,

indicó el vocero.

No existe sin embargo evidencia pública de una votación ilegal generalizada en los comicios del año pasado. De ser probada, constituiría uno de los mayores escándalos políticos en la historia de Estados Unidos.

Spicer dijo que el presidente republicano, sin embargo, confiaba en el resultado de la elección.

Trump recibió 2,9 millones de votos menos que su rival demócrata Hillary Clinton, pero ganó la elección por el sistema indirecto utilizado en Estados Unidos, que pondera el voto por estado.

Según Spicer, Trump recibió “estudios y evidencias” que le acercaron algunas “personas”, entre ellos un estudio según el cual 14% de los votantes en las elecciones de noviembre “no eran ciudadanos” del país.

Trump ya citó un informe de Pew de 2012 que concluye que más de “1,8 millones de personas fallecidas figuran como electores”.

Ese informe no presentó pruebas de que esas personas votaran, o de que otras votaran en su nombre.

Trump también citó un estudio de la Old Dominion University de acuerdo al cual habría 14% de votantes ilegales.

El análisis recibió numerosas críticas por la metodología utilizada.

Interrogado acerca de si la Casa Blanca abriría una investigación sobre el supuesto vasto fraude electoral, Spicer respondió “tal vez lo hagamos”.

Sin embargo, cuando se le formuló nuevamente la pregunta, dijo: “Todo es posible”.

“No hay ninguna investigación. Dije que era posible. Todo es posible. Era una pregunta hipotética”.

Spicer rechazó hablar del impacto que un fraude de este tamaño tendría sobre la democracia.

Con AFP