Un correo electrónico llegó a todos los empleados de la agencia pocas horas después de que el presidente Trump tomara posesión de su nuevo cargo el viernes pasado en Washington. Citado por The Washington Post, una de las directrices del anuncio dice:

La nueva administración de EPA ha pedido que todos los contratos y subvenciones sean suspendidas temporalmente. Hasta que no se reciban más órdenes, que esperamos tener pronto, por favor téngalo en cuenta para incluir órdenes de tareas y asignaciones de trabajo”.

Además, a los empleados se les ha prohibido proporcionar actualizaciones a los periodistas o en las redes sociales. El memorándum interno especifica que ningún comunicado de prensa saldrá a audiencias externas, no habrá “mensajes de blog” y las solicitudes de medios serán examinadas cuidadosamente.

Aunque no se conoce el alcance de las medidas, previsiblemente afectarán de manera frontal a la agencia, encargada de velar por la protección del medioambiente. En 2013, la EPA otorgó 9.600 millones de dólares en subvenciones y cerca de 1.400 millones en contratos.

El año pasado, el presupuesto total fue de 8.600 millones, con dinero para donaciones y contratos otorgados a organizaciones a todos los niveles, desde grupos sin fines de lucro locales a gobiernos estatales.

Trump ha dicho en varias ocasiones que el cambio climático es “un engaño”, y ha nominado para dirigir la EPA a un negacionista del mismo, el fiscal general de Oklahoma, Scott Pruitt, cuya confirmación está aún pendiente del consentimiento del Senado.

Asimismo, el magnate firmó hoy dos órdenes ejecutivas para resucitar los polémicos proyectos de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access, con lo que cumple dos de sus promesas de campaña pese a las críticas de grupos ecologistas.

El oleoducto Keystone SL, de la canadiense TransCanada, fue vetado por Obama en 2015 y tenía como objetivo transportar unos 830.000 barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso diluido desde la provincia canadiense de Alberta a distintos lugares de EE.UU., incluidas refinerías de Texas en el Golfo de México.

Por su parte, el Dakota Access, un proyecto de 3.800 millones de dólares, llevaría medio millón de barriles de petróleo desde los yacimientos bituminosos de Dakota del Norte a una infraestructura ya existente en Illinois.

LO ÚLTIMO