Además de ser el más veterano en asumir el cargo en su país, con 70 años cumplidos, el nuevo presidente estadounidense no se caracteriza por cuidar su salud, como destaca Business Insider, pues no hace ejercicio más allá de andar en el carrito de golf, duerme poco y es aficionado a la comida rápida.

De otro lado, el portal de noticias Axios revela que es como si Trump hubiera puesto oídos sordos a los últimos 50 años de consejos para mantener una buena salud.

Dice el portal que este hombre, que vive de la imagen, tiene una gran barriga (eso lo hace sentir inseguro, dice el portal) y lo único que no hace en contra de su salud es consumir bebidas alcohólicas y fumar.

Por lo demás, es un adicto a la Coca Cola dietética, con la que acompaña sus comidas, preferiblemente de las tres grandes cadenas de restaurantes: Domino’s, KFC y McDonald’s, alimentos que le sirven en bandejas de plata, con la firme convicción de que la comida rápida tiene altos estándares de higiene.

En cuanto a la cantidad de sueño, Trump duerme tan solo 3 o 4 horas diarias lo cual, dice el sitio web, le puede acarrear problemas de salud más adelante, aunado a su alto consumo de carnes rojas y pasabocas de ‘paquete’, como papas fritas, durante sus constantes traslados en avión.

Eso contrasta con el reporte que sobre Barack Obama dio el doctor Ronnie L. Jackson, citado por USA Today, que a principios del año pasado concluyó que la salud del expresidente Obama era óptima, tanto en peso corporal, porcentaje de grasa, colesterol y estado físico, pues hay que recordar que Obama es un consumado aficionado al golf y al baloncesto.

De hecho, en dicho examen médico, Obama perdió 3 kilos en relación con un chequeo del 2014, lo que le permitió quedar en un peso ideal de 79 kilos para sus 1,85 metros de estatura. Lo único diferente del expresidente es que estaba más canoso, un signo inequívoco del ejercicio en el cargo de mayor poder del planeta.

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