Tras hacer campaña sobre la promesa de salvar los empleos en las fábricas estadounidenses, el magnate escogió visitar una planta convertida esta semana en el símbolo de la política que pretende implementar contra la instalación de industrias estadounidenses en otros países.

“Las compañías no van a abandonar Estados Unidos sin consecuencias. No va a pasar”, afirmó Trump durante una visita a la fábrica de aparatos de aire acondicionado Carrier en Indiana, que renunció a relocalizar mil puestos de trabajo en México.

“Abandonar el país va a ser muy, muy difícil”, apuntó.

Carrier anunció el martes que había cancelado su plan de relocalizar 1.000 puestos de trabajo a México, indicando en Twitter que tomó esa decisión después de concluir un acuerdo con el presidente electo. En un comunicado posterior explicó que los incentivos propuestos por el Estado de Indiana jugaron un rol importante en la decisión.

“El estado de Indiana ofreció a Carrier un paquete que se extiende a varios años de 7 millones de dólares, acompañado de condiciones de empleo, de mantenimiento de puestos de trabajo y de inversiones financieras”, precisó el jueves la filial del gigante United Technologies.

Según medios estadounidenses, también recibirá beneficios fiscales durante seis años.

¿Peor el remedio?

Indianapolis es la primera parada de Trump en una “gira de la victoria” por estados industriales donde pavimentó su camino a la Casa Blanca con el mensaje de que devolverá empleos en una región deprimida por la reubicación de empresas a otros países.

Trump, acompañado por su vicepresidente, Mike Pence, que es también el gobernador de Indiana, narró en detalle cómo, durante una conversación telefónica, forzó el brazo del presidente del grupo United Technologies, Gregory Hayes, presente en la sala.

También se burló de quienes le critican de perjudicar de esa forma la función presidencial.

“Ellos dicen que no es presidencial llamar a estos grandes líderes empresariales. Creo, al contrario, que es muy presidencial y si no lo es está bien”, señaló.

Pero los empleos salvados no representan sino una mínima fracción del problema: El economista Paul Krugman calculó en Twitter que un acuerdo similar semanal durante cuatro años devolvería únicamente 4% de todos los puestos de trabajo desaparecidos desde 2000.

La propuesta de Trump abarca principalmente reducir impuestos, de 35% a 15%, y eliminar regulaciones sin sentido que aplastan a los negocios.

Pero el excandidato presidencial demócrata Bernie Sanders denunció una solución que solo empeora el problema de inequidad en Estados Unidos.

“En vez de un impuesto, la empresa se va a beneficiar de una reducción de impuestos. ¡Wow! ¿Cómo es que eso castiga a las compañías que se mudan de Estados Unidos?”, ironizó.