El tren de carga, mejor conocido como la ‘Bestia’, se convirtió en una de las maneras rápidas y económicas para cruzar la frontera en México con rumbo a EE.UU. Sin embargo, el peligro para miles de viajeros es caer al vacío o, peor aún, en las garras de alguna banda criminal.

“Me han querido meter miedo diciéndome que se montan al tren, que le ponen machetes y pistolas a uno en el cuello, pero no me da miedo porque voy de la mano con Dios”, dice Adán Ortiz, un migrante hondureño que se arriesgará a intentar la travesía, al programa Los Informantes de Caracol Televisión.

Y así como Ortiz, 400 mil migrantes de países centroamericanos se arriesgan cada año a colgarse de este tren para escapar de la pobreza y la violencia. Pero el viaje se ha convertido en una pesadilla ya que en los controles policiales “les roban lo poco que tienen” y los devuelven.

También, cuentan víctimas al programa, los grupos armados ilegales los atracan, los secuestran y piden rescate por ellos. Si nadie paga “los matan y trafican con sus órganos”. En caso de ser mujeres, “las violan y las venden al mejor postor”.

Y es que el lugar más peligroso y tenebroso para las mujeres es el cruce por el estado de Chiapas, lugar en donde la delincuencia actúa con total impunidad. Por eso, ellas dicen a Los Informantes que les ha tocado ponerse la inyección ‘anti-México’, un anticonceptivo que si bien no las protegerá de los grupos armados, sí lo hará de un embarazo.

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El activista mexicano Rubén Figueroa explica al programa que “como está subiendo mucho el flujo de migrantes hay más maleantes”, y que el gobierno mexicano entierra miles de migrantes al año sumado a los que las mafias asesinan.

“México es el muro que Donald Trump sueña para los migrantes centroamericanos. México ha elevado su actividad de persecución hacia los migrantes”, agrega el activista.

Además de la violencia y los abusos, el peligro es quedarse dormido y caer al vacío o terminar enganchado en los rieles y perder alguna extremidad.

Según datos del Instituto Nacional de Migración y del Comité Internacional de la Cruz Roja en México, 476 migrantes fueron mutilados por el tren entre 2002 y 2014. Eso sin contar los que murieron, no fueron hallados o fueron atendidos por otro organismo, reseña el diario SinEmbargo.

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