De acuerdo con la versión del periodista, debido a las altísimas demandas de trabajo, los empleados optan por no hacer pausas para ir al baño porque está muy lejos y prefieren hacer sus necesidades fisiológicas en una botella.

Eso sucede en el almacén que Amazon tiene en la ciudad británica de Staffordshire, donde los trabajadores se sienten asustados de ser reprendidos por estar inactivos y, por eso, perder sus trabajos. También temen que, por ir al baño -incluso para tomar agua-, no alcancen las metas que tienen.

Y es que de acuerdo con una encuesta hecha a 241 empleados y dada a conocer el pasado fin de semana, los objetivos de Amazon han incrementado exponencialmente, lo que ha llevado a que los trabajadores se sientan muy presionados y estresados para lograr las metas que se les asignan, informa The Verge.

Ese tipo de condiciones laborales se refleja en las opiniones que tienen varias personas que trabajan o han trabajado para la empresa. De acuerdo con el sondeo, el 55 % de los empleados tiene episodios de depresión desde que entró a la compañía, mientras que el 80 % dijo que nunca volvería a postularse para trabajar allí.

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Esta no es la primera vez que salen a la luz detalles sobre las condiciones laborales de Amazon. Ya en 2017, el medio británico Mirror reveló que los trabajadores de otro almacén de la empresa en Reino Unido se quedaban dormidos de pie debido a las intensas jornadas, que muchas veces les dejaban delicadas lesiones físicas que poco importaban a la empresa.

En aquella ocasión, Amazon ofreció un comunicado muy similar al que cita The Verge ahora, en el que asegura ofrecerles a sus empleados del Reino Unido lugares de trabajo “seguros y positivos”, y que se les dan beneficios desde el día uno. Además, la empresa dice no tener información de que los  encuestados hayan trabajado para Amazon y rechazan las acusaciones que se les hacen.

Business Insider, que también hace eco de la historia, recuerda que se sabe que Amazon suele rastrear la velocidad con la que sus trabajadores recogen y empacan artículos y que les impone estrictos tiempos para sus pausas.

En febrero pasado, El País, de España, había reportado que Amazon había patentado una pulsera para rastrear a sus trabajadores, y recogió el testimonio de un exempleado que coincide con lo que ahora revela Bloodworth: “no hay tiempo ni de ir a mear”, dijo, y agregó que si los objetivos no se cumplen, el despido es inminente.

Vale la pena recordar que la exitosa Amazon es propiedad del empresario estadounidense Jeff Bezos, que es el hombre más rico del mundo de acuerdo con la revista Forbes por su patrimonio de más de 128 mil millones de dólares.