El PTWC había estimado que el temblor podía generar olas de entre uno y tres metros de alto que afectarían zonas costeras de Papúa Nueva Guinea, Indonesia, Nauru e Islas Salomón, así como en Nueva Zelanda, pero finalmente la amenaza se disipó y la alerta fue anulada.

El temblor se produjo a las 10:51 GMT en el mar, a 60 kilómetros al este de Taron, una localidad de la isla de Nueva Irlanda, a 75 kilómetros de profundidad. Su magnitud, que en un primer momento se evaluó en 8, fue poco después revisada en 7,9 por el Instituto de Estudios Geológicos de Estados Unidos (USGS).

“La mayoría de los habitantes de esta región reside en viviendas vulnerables a los sismos (…) es posible que haya heridos y daños”, explicó el USGS en un boletín de alerta.

Los sismos son frecuentes en Papúa Nueva Guinea, situada frente al cinturón de fuego del Pacífico.

La pasada semana se registraron dos importantes sismos en esta región, frente a las islas Salomón, que no causaron daños importantes.

En 2013, el archipiélago de las Salomón, donde viven cerca de 500.000 personas, se vio sacudido por un sismo de magnitud 8 y un tsunami que dejó al menos diez muertos y a miles de personas sin hogar.

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