Las organizaciones humanitarias mostraron el miércoles su inquietud por lo que suceda con estas personas, mientras se intensifican los combates en la periferia de la urbe.

Mosul ha sido durante años bastión del grupo Estado Islámico (EI) en el norte de Irak, particularmente en la localidad de Gogjali, al este de la ciudad, donde los yihadistas ofrecían una fuerte resistencia.

Las tropas del Comando Antiterrorista Iraquí (CTS), fuerzas de élite del ejército, intentaban avanzar hacia el sector de Gogjali aún en manos de los yihadistas.

En la zona bajo control gubernamental, un soldado iraquí mostraba como un trofeo una bandera negra del grupo yihadista.

“La sacamos y en su lugar pusimos la bandera de Irak”, afirmó orgulloso Mohammed Alí, antes de volver a la primera línea de combate para desalojar al puñado de yihadistas que frenan el avance gubernamental.

En la zona liberada el martes por las tropas iraquíes, los habitantes comienzan a salir a la calle, a pesar del ruido cercano de los tiroteos.

AFP

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