Al organizar su fiesta de graduación, la joven, de 24 años, tuvo que revelarles a sus invitados la identidad de su padre, un mafioso que era miembro de la organización Ndrangheta, responsable de varios robos, venganzas, extorsiones y asesinatos. Por eso, él está en la cárcel, y sus tíos Luciano y Nino tienen cuentas pendientes con la justicia, informa El País.

La joven quería celebrar que había terminado su carrera de Economía en la Università degli Studi Mediterranea, pero dado que nadie quiso ir por llevar el apellido que llevaba (ni siquiera su novio y amigos más cercanos), decidió lanzarse por el balcón el pasado domingo, 4 de abril.

El suicidio ha sorprendido a todo el país, ya que muestra que a pesar de que la joven quiso desmarcarse de la tradición criminal de varios miembros de su familia (hizo viajes de estudio a Fráncfort y a Bruselas al Banco Central Europeo y la Comisión Europea), el rechazo social que le trajo permanecer al clan fue mucho más fuerte.

Sobre la muerte de la estudiante, el fiscal jefe de Reggio Calabria, Federico Cafiero de Raho, dijo:

Esto debe tocar la conciencia de todos. Si hay una chica que se ha labrado un camino en la vida académica con su propia honestidad, ha conseguido graduarse como instrumento para alejarse de la familia mafiosa de la que forma parte y no somos capaces de integrarla, hemos perdido todos”.

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Por su parte, Renato Russo, abogado de la familia, dijo que sus miembros quieren llegar a los motivos que llevaron a la muerte de la joven y que, hasta que se obtengan los resultados de la autopsia, el sepelio se aplazará. Además, citado por La Repubblica, afirmó:

La madre ha dicho que la vio muy rara y alterada la noche antes del suicidio y eso es algo que le ha quedado grabado en la mente, porque la chica no bebía, no fumaba y nunca ha consumido drogas”.

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