Después de juntar tres mesas, poner la torta, las serpentinas y los gorritos, un hombre en la ciudad de Veracruz, México, se sentó a esperar que su familia viniera. Como nadie apareció, el ‘homenajeado’ pidió agua, se levantó de su puesto y dijo unas palabras, para quien lo quisiera escuchar dentro del establecimiento.

Patty Rodríguez, una mujer que estaba en el restaurante que pertenece a una parroquia, publicó en Facebook las palabras del hombre, conocido como el señor Eduviges: “Les pido una disculpa por robar su atención a todos. Hoy es mi cumpleaños, cumplo 61 años, arreglé las mesas y traje pastel porque quedé de verme con mi familia aquí para celebrar mi cumpleaños. Esperaba a que vinieran mis hijos, mis nietos y mi esposa… como verán, nadie vino”.

Luego, el hombre hizo una invitación, con voz entrecortada: “…Por lo que les pido, a quien quiera sentarse conmigo a celebrar mi cumpleaños y me cante las mañanitas, se lo voy a agradecer infinitamente”.

La primera en solidarizarse con el señor fue una mujer, quien llevó su taza de café a la mesa del ‘cumpleañero’, y luego se le unió Patty Rodríguez (quien el dio un abrazo) y su pareja, una familia y otra pareja.

Entre todos le cantaron ‘Las mañanitas’ y otras canciones, dice Rodríguez en su post de Facebook. El hombre les agradeció y les dijo que “nadie debería suplicar amor”, lo cual casi les saca lágrimas a los presentes, en una celebración improvisada que tuvo un final feliz para Eduviges y les dejó una enseñanza de amor a quienes compartieron con el hombre en su día.

Esta es una foto del señor Eduviges:

Triste cumpleaños
El hombre dio su discurso y se le unieron extraños a celebrar. / Facebook Patty Rodríguez
Triste cumpleaños
El episodio tuvo un final feliz. / Facebook Patty Rodríguez