Ninguna de las cuatro medidas propuestas (dos por los republicanos y dos por los demócratas) logró el mínimo necesario de 60 sufragios para salir adelante, ya que los senadores votaron en clave marcadamente partidista, con los progresistas rechazando las medidas de los conservadores y viceversa.

El rechazo del Senado a aumentar el control de las armas de fuego se produjo dos días después de que este sábado el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamara a actuar y asegurara que no hacer nada después de tragedias como la de Orlando es “inexcusable”.

Dos de las medidas que se votaron hoy (una demócrata y otra republicana) eran bastante similares en cuanto a su objetivo, impedir que personas investigadas por terrorismo puedan comprar armas, pero diferían en la forma, ya que la demócrata otorgaba ese poder al Gobierno federal y la republicana lo dejaba en manos de los jueces.

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La tercera propuesta, presentada por los republicanos, hubiera dificultado que los historiales de las personas con enfermedades mentales pudieran ser añadidos a bases de datos de potenciales compradores de armas, lo que a priori debería contribuir a que estas no acabaran en manos de gente con tales padecimientos.

Además, se hubieran aumentado los fondos federales para el actual programa de control de antecedentes para potenciales compradores de armas.

La última propuesta, presentada por los demócratas, hubiera requerido a todos los compradores de armas del país pasar antes una comprobación de sus antecedentes, algo que hoy en día no sucede en todos los estados.

Las votaciones de este lunes fueron la constatación de un patrón que viene siendo habitual tras los últimos tiroteos masivos en suelo estadounidense, ya que tanto después de la matanza en una escuela de Newtown (Connecticut) en 2012 y de la de San Bernardino (California) el año pasado, el Senado votó sobre medidas de estas características, rechazándolas en todos los casos.

EFE

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