Varios medios estadounidenses han contactado a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para preguntar por la vigencia de esta norma, a lo que fuentes de la agencia respondieron que se ha evaluado su derogación completa, pero las conclusiones de los estudios médicos siguen en su contra.

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Actiualmente, aquellos hombres que hayan mantenido sexo con otro hombre en el último año, o las mujeres que hayan mantenido relaciones con un hombre que a su vez hubiera tenido sexo con otro, no pueden donar.

La prohibición impera en ese país desde 1983, debido a las altas tasas de muertes por VIH que se registraban entonces, y el año pasado se limitó a solo aquellos que hubieran mantenido relaciones sexuales en el último año.

Según la FDA, el levantamiento de la prohibición podría cuadruplicar la cantidad de casos de transmisión del VIH a través de transfusiones de sangre, que a diciembre de 2015 ascendía a 1,47 millones. 

A la luz de lo ocurrido en Orlando, las organizaciones defensoras de los derechos de los homosexuales han subrayado su sensación de impotencia por querer ayudar ante lo sucedido y darse de frente con una prohibición del siglo pasado. 

Es por esto que los defensores de derechos de los homosexuales en el Congreso planean pedir a la Casa Blanca que ponga fin por completo a la norma, al considerar que supone un acto claramente discriminatorio. 

El congresista demócrata Mike Quigley, vicepresidente del Caucus de Igualdad para la comunidad LGBT (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales) de la Cámara Baja, anunció que va a redactar una carta al director de la FDA, Robert Califf, instándole a derogar la norma, que considera “anticuada y discriminatoria”. 

Junto a él, firmarán la petición las senadoras demócratas Elizabeth Warren y Tammy Baldwin, así como la representante por California Barbara Lee. 

El Congreso, de mayoría republicana, se enfrentará indudablemente a esta y otras muchas demandas de los ciudadanos y la comunidad homosexual tras la terrible matanza, que también ha vuelto a poner en entredicho la permisividad sobre el control de armas tras el tiroteo más mortífero de la historia de Estados Unidos.

Con EFE

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