“Se les remitió una nota que dice que en protesta por las acusaciones insensatas y las expulsiones de diplomáticos rusos […], Rusia declara ‘persona non grata’ a la cantidad correspondiente de empleados diplomáticos”, anunció el ministerio en un comunicado.

Moscú expulsó así a la misma cantidad de diplomáticos que los efectivos rusos expulsados por cada país. Cuatro diplomáticos de Alemania, Francia y Polonia deberán por ejemplo partir de Rusia.

Trece diplomáticos ucranianos deberán asimismo abandonar el territorio ruso, la idéntica cantidad de rusos que fueron obligados a dejar Kiev esta semana.

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Las medidas anunciadas el viernes llevan a la expulsión de 58 diplomáticos, una cifra a la que deberán añadirse las eventuales represalias de Moscú contra Macedonia, que aún no fueron anunciadas, a pesar de que Skopje expulsó a un diplomático ruso.

Este sábado, el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, comunicó que Rusia le dio un plazo de una semana a dos diplomáticos australianos para abandonar su territorio, en represalia por la expulsión de dos diplomáticos rusos por Canberra.

Guerra diplomática

En total, con el anuncio del canciller ruso Serguei Lavrov del jueves sobre la expulsión de 60 diplomáticos estadounidenses, al menos 121 diplomáticos destinados en Rusia deberán dejar el país.

Moscú decidió además nuevas medidas contra Londres a quien le dio un mes para reducir su legación diplomática en Rusia y dejarla al mismo nivel que las de las misiones rusas en Gran Bretaña.

“Dado que Bélgica, Hungría, Georgia y Montenegro decidieron a último momento sumarse al movimiento, Rusia se reserva el derecho a tomar medidas” más adelante, precisó la Cancillería rusa.

El 17 de marzo Moscú había anunciado la expulsión de 23 diplomáticos británicos y ordenado el cierre del British Council y del consulado británico en San Petersburgo, represalia a la expulsión de diplomáticos rusos decidida por Londres.

Este viernes, Rusia había asegurado no ser responsable de esta “guerra diplomática” de cada vez mayor magnitud.

“No es Rusia quien inició una guerra diplomática (…), no es Rusia quien inició las sanciones o la expulsión de diplomáticos”,

Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.

“No hay justificación”

Rusia ya había anunciado el jueves la expulsión de 60 diplomáticos estadounidenses en reacción a la misma medida adoptada por Washington a causa del caso del exespía ruso Serguei Skripal, envenenado el 4 de marzo en Reino Unido, junto a su hija Yulia.

Londres acusa del envenenamiento a Rusia, que ha reiterado su inocencia en el caso.

 

El hospital en el que está ingresada Yulia indicó que su estado mejoraba rápidamente, mientras que su padre sigue en estado crítico, pero estable.

Cerca de Washington, en el aeropuerto de Dulles, ya habían llegado el viernes aviones rusos para repatriar a los diplomáticos. Moscú negó que fuesen espías. El gobierno estadounidense les dio hasta el lunes para dejar el territorio.

Pero Moscú podría presentar nuevos pedidos de acreditación para reemplazar a sus diplomáticos expulsados, precisó el viernes a la AFP un responsable del Departamento de Estado.

“Los pedidos para nueva acreditación diplomática serán revisados caso a caso”, indicaron.

Los 60 diplomáticos estadounidenses expulsados (58 empleados de la embajada y dos del consulado general de Estados Unidos en Ekaterinburgo) “fueron declarados ‘persona non grata’ por actividades incompatibles con su estatuto diplomático” y tienen una semana para abandonar Rusia, según el ministerio ruso de Exteriores, que también ordenó el cierre antes del sábado del consulado general estadounidense en San Petersburgo.

“Rusia se ha visto obligada a tomar medidas de represalia en respuesta a actos inamistosos e ilegítimos” de Washington, explicó Peskov.

“No hay ninguna justificación a la reacción rusa”, lamentó la portavoz del departamento de Estado estadounidense, Heather Nauert, asegurando que Estados Unidos se reserva el “derecho de responder”.

“Para restablecer la verdad” Rusia pidió la convocatoria de una “sesión extraordinaria” del consejo ejecutivo de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), según el ministro ruso de Exteriores Serguei Lavrov, que había exhortado a los occidentales a tener “una conversación honesta” con los rusos sobre el caso Skripal.

El viernes, la embajada de Rusia en Londres denunció en un comunicado un registro llevado a cabo en un Airbus de la compañía Aeroflot en el aeropuerto londinense de Heathrow por las autoridades aeroportuarias británicas.

La embajada calificó lo ocurrido de “nueva provocación flagrante de las autoridades británicas” y pidió explicaciones al ministerio británico de Relaciones Exteriores.

La policía metropolitana británica negó estar implicada en ese presunto registro.

AFP