El sacerdote francés describió el acto como “algo entre una caricia y una bofetada. Esperaba calmarlo, no sabía qué hacer” y agregó que “el niño gritaba mucho y yo tenía que voltearle la cabeza y echarle el agua. Traté de acercarlo, solo quería calmarlo”, indicó Noticias Caracol.

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Por otro lado, Jean-Yves, obispo de Meaux, informó que se han tomado las medidas necesarias para que el cura quede suspendido de todos los bautizos y bodas. Adicionalmente, expresó que el religioso sufrió de un exceso de confianza pero que no puede ser justificado este acto.

Lacroix también expresó que está terminando su ministerio en este momento y que existe un “final para todo”.