El condenado tenía apenas 20 años cuando se le acusó del crimen cometido en las afueras de Shijiazhuang, a 330 kilómetros de Pekín, por lo que las autoridades chinas decidieron que un balazo en la cabeza fuera su castigo, informó El País de España.

Sin embargo, el Tribunal Supremo lo ha declarado finalmente inocente al no encontrar suficientes pruebas contra él, dice el informe.

Desde su detención, Nie siempre aceptó los cargos al igual que su familia. Por eso su caso parecía claro y no generó polémica en el país que más presos ejecuta en el mundo, recuerda el diario.

Sin embargo, en 2005 fue detenido Wang Shujin, a quien se le relacionó con otros tres asesinatos y violaciones de jóvenes; el detenido confesó ser el culpable y dio detalles de la muerte y violación de una trabajadora de una fábrica por lo que Nie resultaba inocente, él también fue ejecutado por estos tres crímenes, publicó el medio español.

El Tribunal Supremo encontró que en su momento no se practicó una autopsia al cuerpo de la mujer asesinada, no se tomaron huellas dactilares ni hubo prueba de ADN.

El caso de Shubin se considera el principal error judicial de la China. En este país el 99,92 % de los juicios encuentran culpable al acusado, por eso es raro que se anule la sentencia en contra de un reo, concluye el informe.

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