El domingo por la noche, tras el recuento de los sufragios, el candidato del partido de extrema derecha FPÖ, Norbert Hofer, superaba al ecologista Alexander Van der Bellen por 3,8 puntos porcentuales, con un 51,9% frente a un 48,1% respectivamente.

Sólo 144.006 votos separan a los adversarios. El resultado final dependerá del recuento de los 900.000 votos recibidos por correo, un voto que suele ser poco favorable al FPÖ. En esta elección, un 14% de los electores escogió esta opción, un récord.

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Está previsto que el ministerio de Interior anuncie el resultado a últimas horas de la tarde.

El partido de Norbert Hofer advirtió que estaría “atento” al recuento de votos en caso de escrutinio reñido, dando a entender la posibilidad de que “cómplices del sistema político actual” manipulen los resultados a favor de Van der Bellen.

El desenlace de este duelo presidencial tiene en vilo a toda Europa.

Una victoria de Hofer, ingeniero aeronáutico de 45 años, constituiría la primera elección al frente de un Estado de la Unión Europea (UE) de un representante de un partido de extrema derecha.

Si gana Van der Bellen, profesor universitario de 72 años, sería el primer ecologista en ocupar la presidencia de Austria.

La portada del diario Kurier de este lunes era un simple signo de interrogación entre las fotos de los dos candidatos. El diario calificaba la situación de “thriller político” y hacía hincapié en las divisiones de la sociedad austriaca tras el voto del domingo.

En la primera vuelta, el 24 de abril, el FPÖ llegó en cabeza con el 35% de los sufragios, el mejor resultado de la formación en una elección nacional, frente al 21,3% para el partido de Van der Bellen.

Como en la primera vuelta, Hofer consiguió mayoritariamente los votos de los hombres (54%) y de las personas con pocos estudios (58%), así como el de las zonas rurales. Van der Bellen sedujo al electorado joven (56%) y al de más de 50 años (51%).

El voto obrero también fue mayoritariamente para Norbert Hofer (71%).

El dirigente ultraderechista se ha visto aupado por la crisis migratoria, que vio llegar a Austria a unos 90.000 demandantes de asilo en 2015, es decir algo más del 1% de la población. Sin embargo, ha mantenido un discurso pulido, lejos de las declaraciones abiertamente xenófobas que antaño caracterizaban a su partido.

Hofer, militante desde su juventud del FPÖ y vicepresidente del parlamento desde 2013, centró su campaña en el empleo y el nivel de vida y aseguró que no le gustaría sacar a su país de la UE, a menos que Turquía entre en el bloque.

El nuevo presidente asumirá sus funciones el 8 de julio, con un mandato de seis años.

AFP

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