En ese rango de tiempo, las empresas deberán cambiar la composición de las bebidas que se han convertido “en uno de los principales factores de la obesidad infantil”, dijo en el Parlamento, durante la presentación del presupuesto 2016-2017.

Según datos del gobierno británico de mayo de 2015, el 61,9% de los adultos y el 28% de los niños entre 2 años y 15 tienen sobrepeso.

El anuncio del impuesto hizo caer inmediatamente las acciones de las empresas fabricantes de refrescos, pero fue recibido con alegría por quienes han hecho campaña por él.

Este mismo debate se abrió en Colombia desde mediados de 2015, cuando el ministro de salud Alejandro Gaviria propuso aumentar los impuestos ya existentes sobre las bebidas azucaradas, lo que generaría un recaudo de 1,89 billones de pesos, según registró El Tiempo en su momento.

Sin embargo, todavía no se ha decidido nada, mientras expertos en el tema dan su punto de vista; a final del año anterior, el economista Barry Popkin indicó a El Espectador que además de eliminar la publicidad de comida chatarra, las gaseosas deberían tener un impuesto del 20%.

En contraste, la directora ejecutiva del departamento de alimentos de Nueva Zelanda, Katherine Rich, sacó como conclusión de un estudio que los gobiernos no deberían imponer esas contribuciones, ya que “lo único que hace es golpearle el bolsillo a los consumidores”, dijo a El Nuevo Siglo, y propone invertir en educación sobre alimentación sana para combatir la obesidad.

Con información de AFP.

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