La protagonista de la curiosa historia es una joven usuaria de Twitter llamada Emily, a quien su padre le preguntó, con tono aparentemente grave, dónde estaba, que tenían que hablar. Ella le respondió que estaba en casa de sus amigos, y le preguntó por qué.

Allí, su padre le soltó la ‘bomba’: le envió una foto de un objeto morado alargado, le dijo que era desagradable y le reclamó por gastarse su dinero en ese tipo de cosas. Y aunque se mostró comprensivo en la medida en que admitió que podía necesitarlo, le recomendó que no lo dejara a la vista.

Emily, tal vez con una mezcla de confusión con vergüenza ajena le preguntó qué pensaba que era lo que había encontrado. Su padre le dijo que era uno de esos “juguetes desagradables” que vibran y que se compran en tiendas sexuales. “¡No estoy tan viejo, Emily!”, protestó el hombre.

El artículo continúa abajo

La joven le aclaró: evidentemente no se trataba de un vibrador (o ‘dildo’) sino de un cargador portátil que ella había comprado para evitar que su teléfono se descargara durante un viaje que hizo a Disneyland. Luego, Emily tomó ‘el sartén por el mango’ y le preguntó qué estaba haciendo en su habitación.

El hombre, que con seguridad se debió sentir como la persona más tonta del mundo, lo primero que hizo fue pedirle que no le dijera nada a su madre (a la esposa de él). Luego le dijo que necesitaba algo para hidratarse los labios y finalmente, como un buen padre, le dijo que tuviera cuidado a su regreso a casa.

La historia, recogida en 2 capturas de pantalla, se ha convertido en una verdadera sensación en Twitter desde que fue publicada, hace unos días. Hasta ahora ha recibido casi 46 mil retuits y poco menos de 160 mil ‘Me gusta’.

Estos son los pantallazos de la conversación, publicados por la propia Emily: