Reconocido como uno de los sectores más exclusivos de la región metropolitana de Buenos Aires (a solo 30 kilómetros de la Capital Federal), el complejo inmobiliario Nordelta se ha convertido en el destino preferido de los narcos colombianos en el sur del continente.

Por un lado, no tienen que mantener un bajo perfil, ya que sus excentricidades son comunes en el lugar; por el otro, las barreras de ingreso por parte de las autoridades son mínimas, lo que ha facilitado su asentamiento, perjudicando a muchos de los 40.000 habitantes que se han convertido en sus vecinos.

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“La mayoría de los residentes han tenido que soportar impotentes, entre el miedo y la indignación, a estos indeseables vecinos y han visto con asombro muchos operativos que las autoridades argentinas y estadounidenses han realizado para capturar a los mafiosos que llegaron para arruinarles la vida en el paraíso”, dice un informe de la revista Semana.

Entre los mafiosos capturados o muertos que vivían en Nordelta estan Ignacio Álvarez Meyendorff, “jefe en la sombra de los narcos de los Lanos y el norte del Valle”, en 2012; Hector Saldarriaga, “jefe de sicarios de Daniel ‘el Loco’ Barrera”, muerto en una balacera en un parqueadero de un centro comercial en Buenos Aires, también en 2012; y Henry de Jesús López, alias ‘Mi Sangre’, capturado en 2012.

En 2015 se hizo una redada en el barrio y capturaron 19 más; en 2017, cuatro más.

Pero quizás los más perjudicados son los colombianos de bien que residen en esa zona del río Delta, pues la estigmatización no se ha hecho esperar, especialmente en los colegios de la zona, que han cerrado sus puertas a algunos alumnos por su país de origen.

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