Justo cuando una de las damas de honor de la novia, Jo Du, iba a subirle la cremallera, esta se rompió. Preocupadas, las ayudantes, que no lograban arreglar el vestido, se preguntaron dónde podrían conseguir un sastre en pleno domingo, informa The Guardian.

Entonces decidieron pedirle al vecino unas herramientas para remover la cremallera y al conversar con él, se enteraron de que el hombre llevaba 4 días albergando a una familia de refugiados sirios, y que el padre era sastre desde hacía 28 años y estaba dispuesto a ayudar.

Poco después, el costurero, que no hablaba nada de inglés, se presentó en el apartamento con su hijo pequeño y su equipo de costura y comenzaron a reparar el cierre.

El momento fue capturado por la fotógrafa del matrimonio, Lindsay Coulter, quien compartió las imágenes en Facebook.

“Cada fin de semana tomo fotos de personas en los días más felices de sus vidas y hoy un hombre que ha visto algunas de las peores cosas que pueden suceder en nuestro mundo vino al rescate”, escribió Coulter en la red social.

La publicación ha sido compartida casi 9.000 veces y ha recibido cientos de comentarios de apoyo, de parte de canadienses hacia los refugiados, y de agradecimiento, de parte de otros refugiados en ese país. Uno de ellos incluso de ofreció a regalarle al sastre una máquina de coser para que pudiera continuar su trabajo.

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