El caso, sobre el que falló un tribunal de Caen (oeste de Francia) en junio, pero que no se ha conocido hasta ahora, implica a Hervé, hoy de 53 años, y Rose-Marie, de 46, hermanos por parte de madre que nacieron en el departamento del Aube, en el norte.

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Poco después de nacer, fueron separados y llevados con diferentes familias de acogida. Sin saberlo, sus caminos se cruzaron en 2006 y tuvieron en 2009 a una niña, Océane. Después de registrar a la pequeña, las autoridades se dieron cuenta de que era fruto de una relación incestuosa.

Como el padre había reconocido a la niña antes de su nacimiento, extremo que contempla la ley, y la legislación solo permite una única filiación, la Fiscalía demandó la anulación de la filiación de la madre, por haberse producido después.

Un juez de asuntos familiares anuló el certificado de nacimiento y reconoció al padre.

La mujer, que ha criado a su hija, presentó un recurso ante esa decisión, que el tribunal de Caen invalidó en junio pasado, por lo que mantuvo a los dos hermanos como padre y madre, en interés de la pequeña.

“La anulación del lazo de filiación maternal podría tener consecuencias lamentables en la construcción de la identidad” de la niña, señalaron los jueces.

La Fiscalía francesa tiene la opción de recurrir esta sentencia en la Corte de Casación.

Con EFE