El Senain está en el centro del mayor escándalo de espionaje político desde que Rafael Correa dejó la presidencia para sucederlo Lenin Moreno en el Palacio de Carondelet.

Una serie de reportajes del diario Expreso han dado cuenta de al menos 2.100 interceptaciones ilegales a opositores, periodistas y organizaciones no gubernamentales.

“No hay transcripciones de conversaciones telefónicas privadas; ni captura de pantallas de mensajería; ni hackeos de cuentas electrónicas…”, advierte ese medio.

Sin embargo, agrega Expreso, la publicación de documentos reservados de la Senain en los que se da cuenta de “órdenes de búsqueda de información, monitoreos, informes de seguimiento, organigramas”, entre otros papeles oficiales, pero secretos, confirman lo que era un “secreto a voces”.

“Que la Senain, creada por el correísmo, organizó una policía de inteligencia política costeada con fondos públicos para mantener bajo vigilancia a los partidos de oposición y a los movimientos sociales críticos con el Gobierno”, apuntó el periódico de Guayaquil.

El diario El Comercio señala que las organizaciones víctimas del presunto plan de espionaje le están pidiendo al presidente Lenin Moreno que elimine al Senain, que desclasifique los documentos y que destituya al secretario, el coronel Rommy Vallejo, por su participación indebida en esta empresa ilegal.

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Entre las organizaciones que habrían resultado afectadas están el Frente Popular, la Fundación Dayuma, la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador y el Colegio de Abogados de Pichincha, agregó el periódico.

Se cree que unos 261 millones de dólares se habrían destinado para montar el aparato de espionaje que también siguió a funcionarios cercanos al expresidente Correa.

El propósito era el de mantener informado al alto gobierno de los planes de la oposición, los mensajes privados de periodistas y las estrategias sociales de ONG.

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