“Es un retroceso notable” porque en los últimos años “hay una presencia cada vez más firme del español, con un número elevadísimo de hispanohablantes procedentes, en su gran mayoría, de Hispanoamérica”, aseguró Villanueva.

El director de la RAE recalcó que esta decisión afecta a ciudadanos de 22 países, especialmente quienes tienen una parte significativa de su población en Estados Unidos. “Esta es una cuestión que tiene que ver con la expulsión de las minorías”, subrayó.

Aunque lo consideró “un gesto simbólico” que no va a provocar “un descenso en el uso del español en Estados Unidos, donde ya está muy arraigado, Villanueva consideró que Trump ha cumplido así una de sus promesas de campaña.

La decisión, agregó, es un freno “a un proceso que era muy esperanzador, no solo por el incremento de hispanohablantes sino por el reconocimiento social a la lengua, por la fuerza y valor de esa minoría en el terreno político y cultural”.

“Eso no está ocurriendo con el español, que resiste muy bien y tiene unos medios de expresión propios. Por ejemplo, la cadena Univisión, de mucha audiencia en Estados Unidos en el terreno musical, o tenemos también los Grammy Latinos, como índice de esa vitalidad cultural”, explicó.

Villanueva insistió en que la medida que acaba de tomar Estados Unidos “es contraria a este proceso, aunque la lengua española tiene una presencia que no se va a resentir por ello”.

El director de la RAE recordó que la Constitución de EE. UU. no establece “una lengua oficial”, un tema cuyo debate se avivó en los años noventa, y ahora la decisión que se ha tomado “va en la línea del ‘english only’ (solo inglés), porque en algunos estados había habido sugerencias para abordar la cuestión”.

También protesta el gobierno de España

Por su parte, el ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, lamentó que se haya suprimido la versión en español de la web de la Casa Blanca, si bien puntualizó que se trata de una decisión interna del Gobierno de EE. UU.

Tras una reunión de ministros y altos cargos de Exteriores de la UE y países de la ribera sur del Mediterráneo, Dastis comentó en rueda de prensa que “las gestiones sobre la web de la Casa Blanca son internas de Estados Unidos, pero lamentamos” la supresión de la versión en español.

“No nos parece buena idea”, añadió antes de recordar que en EE. UU. hay 52 millones de personas que hablan español.

El jefe de la diplomacia española se mostró partidario del diálogo, de modo que “cuantos más medios haya de desarrollarlo mejor”.

Por su parte, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, opinó desde Salamanca (centro del país) que la retirada de la web “no tiene sentido” y reconoció que el gobierno asiste con “una cierta inquietud al reforzamiento de los valores y la mirada hacia dentro” de los Estados Unidos.

“A veces las cosas están por encima de lo que los gobiernos puedan decidir”, añadió Catalá en declaraciones a los periodistas tras recordar que el español es el segundo idioma del mundo con 700 millones de hispanohablantes y que en EE. UU. se usa de forma muy frecuente.

En su opinión, lo que debe importar es la fuerza “extraordinaria” que el español tiene hoy en el mundo como “lengua de transmisión, de conocimiento, de cultura y de futuro”, más allá de que una página web lo emplee o no.