En el segundo punto de una tarea cotidiana, el planteamiento del profesor fue interpretado erróneamente por el niño.

El resultado: una gran equis roja sobre el trabajo del estudiante que indignó a su padre, por lo que se quejó en Twitter.

Y ahí se abrió el debate sobre quién tenía la razón, si el niño o el maestro, en el que han intervenido muchas personas con sus múltiples interpretaciones.

¿Qué pasó en este caso? Una primera explicación la da Lola Pons, profesora de Lengua Española en la Universidad de Sevilla, en El País, de España. Ella dice que lo que hace que el enunciado del profesor sea problemático es el término ‘siguiente’.

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“Esta palabra puede tener un significado catafórico, que anticipa algo que viene después, como por ejemplo en la frase ‘se cita a los alumnos siguientes (seguido de una lista de alumnos)’. Pero tiene también el significado de correlativo, como en la frase ‘no viene este día, sino el siguiente'”. El diario concluye, entonces, que el profesor la utiliza en el primer sentido, mientras que el niño interpreta el segundo.

La segunda explicación es de la Real Academia Española (RAE) de la lengua, que se ocupó del caso en Twitter:

Pero además de la lección de redacción, el hecho deja unas reflexiones adicionales para todos los involucrados en el proceso enseñanza-aprendizaje.

Primero, profundizar más en la competencia lectora de los niños, sobre todo para evitar que se conviertan en adultos analfabetas funcionales (es decir, con inhabilidad para utilizar su capacidad de lectura, escritura y cálculo de forma eficiente en situaciones habituales de la vida).

Y segundo, insistir en otras modalidades para comunicar los resultados de las evaluaciones, diferentes a los tachones rojos que resultan agresivos, ofensivos y, definitivamente, poco pedagógicos.

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