Ella tiene 63 años y él, 39. A pesar de que la diferencia de edad entre los dos es la misma que hay entra Donald y Melania Trump, para nadie es un secreto que cuando la mujer es la mayor, la relación es vista de manera diferente. En una entrevista con la periodista Anne Fulda en febrero pasado, citada por El País, el presidente electo de Francia se refirió a su matrimonio:

Esta singularidad no se destacaría si la diferencia de edad fuese al revés. […] Es muy revelador de la misoginia persistente y explica en parte los rumores (de su supuesta homosexualidad). La gente no puede aceptar algo sincero, único”.

Y no se equivoca al decir que es algo único. Los dos se conocieron cuando eran alumno y profesora. Él tenía 16 años y ella, 39, y tiempo después, se enamoraron. A pesar de que se separaron por una temporada, se volvieron a encontrar en París. Ella divorciada de su primer esposo y padre de sus 3 hijos, y él ya un adulto joven y exitoso, se unieron definitivamente en 2007.

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Sin embargo, la singularidad del papel de Brigitte en su nueva posición como primera dama, por supuesto, no se limita a la curiosidad de la diferencia de edad con su esposo. Marc Ferracci, asesor de la campaña y testigo de la boda de la nueva pareja presidencial francesa, afirmó que “la presencia de ella es esencial para él”, y agregó, citado por Independent:

Emmanuel Macron no hubiera podido embarcarse en esta aventura sin ella”.

El mismo presidente electo lo acepta al decir: “No podría ser quien soy (sin ella)”. Además, resalta el mencionado diario español, Macron era el único de los candidatos que reconocía la influencia de su pareja en la carrera electoral que lo llevó a la victoria, y era quien más aparecía con su cónyuge en las reuniones y manifestaciones de campaña.

Esos detalles van más allá de lo romántico, y no se pueden dejar de lado en la medida en que Brigitte conoce a su esposo desde que era apenas un adolescente y desde entonces, además de compañera de vida, ha sido para él una formadora.

Brigitte ha sido la guía y mentora de Macron desde que él tenía 15 años y juega un papel activo en la campaña del candidato, tanto en sus discursos como en la planeación de la agenda”, dice el medio británico.

Así pues, parece que la figura de Brigitte como primera dama está muy lejos de la pasividad que muchas veces se le achaca a ese cargo. Seguramente en el próximo período presidencial en Francia veremos, muy en silencio, su influencia en el gobierno de su esposo.

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