La baja en la producción de la estatal petrolera venezolana (PDVSA) coincide con sonados escándalos de corrupción en la empresa, fuente del 96 % de las divisas del país, que ha llevado a más de 60 detenidos, muchos de ellos altos jerarcas.

El presidente Nicolás Maduro designó al general Manuel Quevedo, de la Guardia Nacional, al frente de PDVSA y el ministerio de Petróleo, con la promesa de emprender “una reestructuración total” de la compañía y definió como meta elevar la producción en al menos “un milloncito”.

Quevedo, en entrevista con la televisora Televén el pasado domingo, comentó que la dramática caída responde a “un bloqueo financiero” internacional, casos de corrupción y “un paro silencioso promovido por la derecha”.

El ministro reconoció que PDVSA llegó al nivel de “producción más bajo de la historia, después del paro petrolero (de 2002)”. Pero, “ya estamos cercanos a 1,9 millones de barriles por día”, aseguró.

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Durante ese paro, que buscaba presionar la salida del fallecido expresidente Hugo Chávez, la producción se redujo de 3 millones a 25.000 barriles diarios la producción entre finales de 2002 y principios de 2003.

Venezuela, que ostenta las mayores reservas petroleras del mundo, alcanzó su máxima producción en 1970, con 3,78 millones de bdp. Desde entonces, la más baja fue de 1,49 millones de bdp en 1987.

El país petrolero, que cayó en 2014 en una profunda crisis económica con grave escasez de alimentos y medicinas, fue declarado en ‘default’, al igual que PDVSA, por varias calificadoras de riesgo debido a retrasos en los pagos de bonos de deuda. El gobierno argumenta la caída en los precios del crudo.

Además, el gobierno de Estados Unidos, prohibió a sus ciudadanos negociar nueva deuda con la estatal petrolera y Venezuela. El mercado estadounidense abarca 31 % de las exportaciones de crudo desde Venezuela.

Con AFP