El cortejo fúnebre fue el 6 de septiembre de 1997 pero solo hasta ahora se conocieron los sentimientos de miedo que invadían al hijo primogénito de la reina Isabel II de Inglaterra, reporta el Daily Mail.

“Si alguien toma un arma y me dispara, hasta ahí llegará todo”, era lo que pasaba por la cabeza de Carlos mientras caminaba detrás del féretro, en compañía de sus hijos William y Harry, entonces de 15 y 12 años de edad, respectivamente, según la biógrafa Ingrid Seward, citada por el medio inglés.

Seward comenta que el príncipe estaba en extremo nervioso porque, debido al silencio reinante en las calles de Londres, de camino a la Abadía de Westminster, podía escuchar lo que la gente decía, entre insultos y comentarios en voz baja, como, “mírenlo, ahí va él”, como señalándolo con el dedo.

Según la escritora, el miembro de la realeza británica quería que ese momento pasara lo más rápido posible, pues él sabía que la gente los consideraba el ‘enemigo público número uno’, pues le echaban la culpa de la muerte de Diana por haberla dejado por Camilla Parker, quien ahora es su esposa y ostenta el título de Duquesa de Cornwall.

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