En adelante, los oficiales de aduana, agentes de inmigración y miembros de las patrullas de la frontera deben detener a cualquier persona convicta por cualquier delito, informa The New York Times. Esto marca una diferencia con la política del expresidente Barack Obama, en cuya administración las personas indocumentadas e inmigrantes que hubieran cometido delitos graves eran la prioridad en las deportaciones.

La adopción oficial de las órdenes del presidente Trump también implica que las personas que hayan sido condenadas por fraude en una agencia del gobierno o, incluso, que hayan “abusado de cualquier programa de beneficios públicos”, sean incluidas en las medidas.

De igual forma, tanto la Patrulla Fronteriza como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas podrán deportar a un mayor número de personas. En adelante, las deportaciones expeditas podrán afectar a cualquier persona que haya vivido hasta por 2 años en el país, y podrán hacerse efectivas en cualquier estado de Estados Unidos.

Según The Washington Post, agentes federales afirmaron que algunas de las medidas que adoptó desde hoy el Departamento de Seguridad Nacional tomarán algún tiempo en implementarse, mientras que las que les permiten a los agentes y oficiales mayores poderes serán usadas “con cuidado y discreción”.

En ese sentido, grupos que defienden los derechos de los inmigrantes han expresado su preocupación porque temen que, contrario a lo que se afirma desde el Departamento de Seguridad, aumenten los abusos de parte de las autoridades federales en la verdadera cruzada que tienen contra los más de 11 millones de ciudadanos indocumentados que hay en territorio estadounidense.

Este panorama representa una ruptura total con el manejo que le dio Obama a la materia, ya que en sus últimos años de gobierno, las deportaciones disminuyeron notablemente. De hecho, en 2015, se deportaron 333.000 personas. Ese número, a pesar de ser muy alto, fue el más bajo desde 2007, precisa el ‘Post’.

Además, bajo la administración del anterior mandatario estadounidense, las deportaciones solo fueron usadas dentro de un límite de máximo 160 kilómetros desde la frontera sur de Estados Unidos, y con personas que habían estado dentro del país por un período inferior a los 14 días.

LO ÚLTIMO