Además, el nuevo jefe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés) se ha presentado como defensor de los combustibles fósiles.

“Por demasiado tiempo la Agencia ha gastado dinero de los contribuyentes en políticas anti-energía que están fuera de control y que destruyeron millones de puestos de trabajo, mientras afecta a nuestros granjeros, negocios e industrias”, señaló Trump en una nota oficial.

Se trata de la confirmación formal de un nombramiento que desde la víspera era considerado un hecho consumado y que despertó la furia de opositores del presidente electo.

De acuerdo con Trump, Pruitt “revertirá esa tendencia y restaurará la misión esencial de la Agencia de mantener nuestro aire y nuestra agua limpia y segura”.

“Mi administración cree firmemente en la protección ambiental, y Scott Pruitt será un defensor de esa misión al tiempo que promoverá empleos, seguridad y oportunidades”, añadió.

Sin embargo, especialistas y opositores de Trump ven a Pruitt como cualquier cosa menos un defensor del medio ambiente, y recuerdan que en su actual cargo de fiscal en Oklahoma ha pasado parte importante de su gestión batallando precisamente contra la Agencia que ahora conducirá.

Los ambientalistas, por su parte,  se preparan para combatir la decisión.

“Si Trump intenta retroceder en la protección del medio ambiente y el cambio climático, se topará con una maraña de gente organizada que lo combatirá en los tribunales, en el Congreso y en las calles”, advirtió Michael Brune, director ejecutivo de Sierra Club, una de las organizaciones ambientalistas más grandes, con 2,4 millones de integrantes.

“En las tres semanas transcurridas desde la elección se ha unido más gente a Sierra Club que en todo el año (…) con 9.000 nuevos donantes al mes”, dijo Brune en una entrevista. “La gente está preocupada y enojada”.

AFP

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