A continuación, las cuestiones clave en juego.

¿Qué es el mercado único europeo?

El mercado único europeo agrupa a los 28 países de la UE, así como Noruega, Islandia y Liechtenstein. En este espacio geográfico, la libre circulación de bienes, de personas, de servicios y de capitales -las “cuatro libertades fundamentales” de la UE- está garantizada.

Cada ciudadano puede así trabajar libremente en cualquiera de estos países y las empresas europeas se benefician de un acceso directo a una mercado de más de 500 millones de europeos, con obstáculos técnicos y jurídicos cada vez menos restrictivos.

La integración es mayor que en una zona de libre comercio clásica, donde solo están suprimidas las barreras aduaneras, ya que sus miembros buscan también armonizar sus políticas. En el caso de la UE, todavía queda trabajo en materia de fiscalidad, comercio electrónico o en el sector servicios.

Para continuar en este espacio de libre circulación, como quería en un primer momento May, Reino Unido debe aceptar las cuatro libertades fundamentales, algo irrenunciable para los 27.

Sin embargo, Londres se opone a la libre circulación de ciudadanos de la UE, especialmente de Europa central y oriental, así como a una contribución al presupuesto europeo habiendo perdido su poder de decisión.

¿Qué es la unión aduanera de la UE?

Los miembros de la unión aduanera -los países de la UE, Turquía, Andorra, Mónaco y San Marino- no solo han suprimido los derechos de aduana y las restricciones al comercio entre ellos, sino que además adoptan una política comercial común de cara a países de fuera de este espacio.

Una unión aduanera “aporta una libertad que no se tiene forzosamente cuando se firma un acuerdo de libre comercio, en el que hay que negociarlo todo caso por caso” y en el que a menudo se mantienen cuotas, destaca el analista Vivien Pertusot, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales.

Además, también existe la posibilidad de pertenecer parcialmente a la unión aduanera, como en el caso de Turquía que mantiene a nivel nacional los sectores agrícolas, de servicios y los mercados públicos.

Theresa May rechaza cualquier “tarifa exterior común”, ya que quiere que Reino Unido pueda cerrar sus “propios acuerdos comerciales”.

Pero la primera ministra británica también dice querer “un acuerdo aduanero con la UE”, independientemente de si es un acuerdo “completamente nuevo”, o si Reino Unido se convierte en “miembro asociado de la unión aduanera de cierto modo”.

Mientras tanto, Reino Unido no puede en teoría negociar acuerdos comerciales con otros países mientras siga perteneciendo a la UE, donde el comercio es competencia del ejecutivo comunitario.

¿Hacia una relación inédita?

Theresa May dice querer cerrar “un acuerdo de libre comercio amplio y ambicioso” con la UE, que, según Vivien Pertusot, sería tan amplio que “se parecería casi a un acuerdo aduanero” con la supresión casi total de restricciones comerciales, permitiendo a Reino Unido preservar la City y sus servicios financieros.

Para Thierry Chopin, investigador asociado a Sciences Po y a la London School of Economics, “no existe un acuerdo de libre comercio con la UE, cuyo alcance sea tan vasto como el que parece desear Reino Unido”, incluso entre aquellos más ambiciosos cerrados con Canadá o Singapur.

Las negociaciones parece que llevarán años. Para el negociador de la Comisión Europea para el Brexit, Michel Barnier, una “salida ordenada” es un requisito previo para la futura relación entre Reino Unido y la Unión Europea.

Con AFP

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