“Hay una recompensa de 100.000 soles (unos 88 millones de pesos colombianos) que se pagará en cualquier país del mundo”, dijo a la prensa el ministro del Interior, Carlos Basombrío, quien instó a Interpol a actuar con la mayor celeridad posible.

Sobre Toledo -quien gobernó Perú entre 2001 y 2006- pende una orden judicial de captura internacional dictada el jueves, acusado de corrupción  en la construcción de la carretera interoceánica, que une Perú con Brasil.

A sus 70 años, Toledo está a punto de convertirse en el segundo expresidente peruano en las últimas tres décadas en ir a prisión por un caso de corrupción, siguiéndole los pasos al autócrata Alberto Fujimori, de quien fue férreo opositor a fines del año 2000.

Aunque hace unos días Toledo había estado en París presentando un libro, el gobierno peruano sospecha que está en San Francisco, Estados Unidos, y pedirá a las autoridades de ese país que colaboren con su expulsión.

Toledo es profesor visitante en la universidad de Stanford (Palo Alto), a unos 50 kms al sur de San Francisco.

También creen que hay riesgo de que se fugue a Israel, ya que está casado con la antropóloga franco-belga Eliane Karp, quien también goza de la nacionalidad israelí, por sus padres.

Interpol ya activó la alerta roja para detención internacional, según detalló la Presidencia del Consejo de Ministros.

Toledo integra la lista de los más buscados de Perú y, de ser capturado, deberá cumplir una orden de prisión preventiva por 18 meses, mientras duren las investigaciones o se abra un juicio.

La ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello, descartó persecución política contra el acusado, una teoría que intentó instalar la defensa, que recomendó a Toledo no volver a Perú.

En una entrevista televisiva, hace unos días, el exgobernante negó los cargos y dijo ser víctima de persecución por combatir a Fujimori. Para el juez Richard Concepción, quien ordenó la captura y prisión preventiva por 18 meses, “Toledo vendió la carretera interoceánica por pagos de Odebrecht”.

Concepción detalló que para ordenar la detención de Toledo “no se exige certeza, sino la existencia de un alto grado de probabilidad sobre los hechos que se imputan”.

Con AFP

LO ÚLTIMO