El hecho ocurrió el 29 de mayo del 2014, cuando Horacio Fernando González, dueño de 8 perros de raza pitbull, dejó a una de sus mascotas amarrada sin bozal al volante de un carro que estaba abandonado en una calle, informa el diario Clarín.
Mientras el perro estaba atado a una cuerda de 1,5 metros, el niño Santiago Veer jugaba en la calle con sus vecinos pero se acercó mucho al perro y este lo mordió en la cara y el cuello, lo que le ocasionó la muerte, reporta el diario argentino La Nación.
El dueño del perro tomó al niño sin vida en sus brazos y se lo llevó a su madre, quien había escuchado los gritos de González. Luego, el hombre tomó un cuchillo y sacrificó al canino.
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Es la primera vez que se considera que hay dolo en el actuar del dueño del perro, pues ya se habían presentado quejas y denuncias de los vecinos, quienes después del incidente le incendiaron la casa a González y este se tuvo que mudar.
En la actualidad, y mientras se ratifica la sentencia, González tiene casa por cárcel.
Durante el juicio, La Nación señala que un médico veterinario dijo que el pitbull es “una raza potencialmente agresiva, desarrollada y criada para la pelea”, y que dicha actitud agresiva se le atribuye un 30 % a la raza y un 70 % a la crianza, pero enfatizó en que no es recomendable criar a estos perros cerca de niños o sin bozal y correa en la vía pública.
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