“Normalmente, él va al bosque y vuelve, pero no regresó. Seguí llamándolo y llamándolo”, dijo la mujer, que, preocupada, comenzó a buscarlo de inmediato, y al día siguiente.

“El clima cambió y en la mañana siguiente nevó. Se puso peor y peor, y me sentí muy impotente“, agregó.

La mascota estaba cerca de la vivienda, pero ella no lo sabía, indicó el medio.

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El pasado lunes, Emily Raguse, una vecina, bajó a la habitación del sótano de su hogar, lo que no suele hacer, y, desde la ventana, vio al can, contó a la cadena televisiva.

Buddy estaba atrapado en un hueco contiguo al lugar, “acurrucado y cubierto de nieve”, señaló el portal. No podía salir por un vidrio que tapaba dicho espacio.

“Debió haber movido su cabeza. No lo podía creer”, aseguró la mujer.

Raguse actuó con prontitud. Regresó corriendo al primer piso de su casa y le pidió ayuda a un vecino, que contactó a la policía. Después, cogió una toalla y, a través de la ventana, se la puso al perro.

“Estaba muy letárgico, así que solo movía un poco su cabeza. Tomé una toalla para ponérsela encima. Estaba temblando“, recordó.

Eventualmente, las autoridades llegaron a la vivienda y rescataron a Buddy, que tenía una placa con su nombre y el teléfono de su dueña. Gracias a ella lograron contactar a la mujer para que recuperara al perro.

“Oré y oré (por él). Es muy milagroso que lo hayan encontrado“, afirmó Sumpter.

“No creo que hubiera sobrevivido otra noche más”, concluyó.

 

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