En julio de 2016, un tribunal había inculpado a Nadeem James, de religión cristiana, después de que un musulmán, Yasir Bashir, denunciara que James le había enviado un poema insultante para el profeta Mahoma en la aplicación Whatsapp.

El abogado del sindicado, Anjum Wakeel, explicó lo siguiente:

“Mi cliente recurrirá la condena ante el alto tribunal porque cayó en la trampa de su amigo, al que no le gustaba que James frecuentara a una joven musulmana”.

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El juicio se celebró en una cárcel por motivos de seguridad, después de que responsables musulmanes profirieran insultos contra James y su familia.

Los hechos ocurrieron en la ciudad de Sarai-Alamgir en el norte de la provincia de Punyab, en el centro de Pakistán.

La pena de muerte por blasfemia se introdujo en Pakistán en 1986 bajo el régimen militar del general Mohamed Zia ul-Haq (1977-1988).

Los defensores de los derechos humanos critican esa ley que, según ellos, se utiliza a menudo para zanjar conflictos personales. Los liberales acusan además a los conservadores de denunciar actos de blasfemia para acallar a sus detractores.

Con información de AFP

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