Marmal Duval, el joven de camiseta blanca que golpeaba a su par, vestido de sudadera gris, se detuvo al ver a un adulto, también afrodescendiente, que se aproximaba.

El adulto, un hombre de unos 30 años, comienza a decirles a los púgiles de turno que los verdaderos cobardes son todos los que les están haciendo barra para que se golpeen y los que graban las acciones con sus teléfonos celulares.

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Después de hacerles ver que pelear está mal, y menos en mitad de la calle, y que eso hace ver muy mal a sus padres, quienes seguramente han dado lo mejor de sí para que ellos sean buenos ciudadanos, el hombre les pide que se den la mano.

Al principio, los chicos se muestran renuentes a hacer las paces, pero el adulto dice que él no se piensa ir de allí hasta que no lo hagan, cosa que finalmente hacen a regañadientes.

En menos de 24 horas, el video de la riña fue compartido más de medio millón de veces.