La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) está dividida y decidió no ir a los comicios, alegando que son una “farsa” para perpetuar en el poder a Maduro, de 55 años. Varios países de Europa y América también cuestionan las elecciones.

Enfrentará al mandatario en las urnas el opositor disidente del chavismo Henri Falcón, un militar retirado de 56 años que desafía los llamados de abstención de la MUD, así como el pastor Javier Bertucci, éste último sin chances de victoria.

“Lo que puede servir este boicot es para que por fin la oposición venezolana se limpie, y pueda de verdad ser democrática”, opinó Arreaza.

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El canciller aseguró que no habrá problemas en el conteo de votos ya que “el sistema electoral venezolano es casi perfecto, porque no hay perfección; solo la divina”.

Confirmó que no habrá observadores de la ONU en los comicios porque el secretario general, Antonio Guterres, estimó que los plazos no alcanzan.

“Pero para nosotros el reconocimiento a las elecciones lo tiene que dar en primer lugar el pueblo venezolano, que es el único juez”, dijo Arreaza.

El canciller dijo que de todos modos habrá “cientos” de representantes extranjeros observando las elecciones, por ejemplo de Rusia y la Unión Africana.

Pese al default parcial de su deuda, la falta de medicinas y alimentos y una hiperinflación y una caída del PIB que el FMI calcula para 2018 en 13.864% y 15% respectivamente, la reelección de Maduro parece muy probable.

La encuestadora Datanálisis da un empate técnico entre Maduro y Falcón, Delphos señala a Maduro favorito con 42% frente a 30% de Falcón entre quienes están seguros de votar, e Hinterlaces otorga un cómodo 52% al presidente contra 22% de su mayor rival.

Maduro, cuyo mandato de seis años vence en enero de 2019, ha multiplicado la entrega de comida subsidiada y de bonos en sectores populares, y acelerado la carnetización de simpatizantes, como control social según la oposición.

El ministro se quejó repetidas veces de los ataques contra Venezuela.

“Lo que uno ve a través de los medios de comunicación sobre Venezuela es la mentira absoluta (…) la post-verdad, la manipulación total de los hechos, sobre todo en Estados Unidos”, afirmó.

AFP