“Señor, ten piedad de tu pueblo. Señor perdón por tanta crueldad”, escribió en español Francisco en el libro de honor del museo de Auschwitz.

Durante la visita, de casi dos horas, el papa no pronunció ningún discurso y se reunió con diez supervivientes de este campo de exterminio así como con 25 “Justos de las Naciones”, personas que salvaron judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

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El papa argentino llegó en automóvil desde Cracovia, entró a pie y atravesó solo y en silencio la puerta de entrada, sobre la cual reza la inscripción en alemán Arbeit macht frei (El trabajo hace libre), con la que los nazis recibían a los deportados.

Después se sentó en un banco y se sumió en un largo silencio, con los ojos cerrados, por unos diez minutos.

Con el rostro serio y sobrecogido, Francisco se trasladó en un coche eléctrico al llamado Muro de la Muerte, donde los nazis ejecutaron a miles de prisioneros con un disparo en la cabeza.

Allí fue recibido por la primera ministra polaca Beata Szydlo, quien le besó la mano, inclinándose con reverencia.

El papa se reunió después con un grupo de doce supervivientes del campo de exterminio, entre ellos nueve polacos, dos judíos y un gitano.

Francisco, que proviene del país de América Latina con la comunidad judía más numerosa, intercambió unas palabras con cada uno de ellos, y luego encendió una vela ante el muro, que tocó con la mano.

Un gesto simbólico seguido de una oración en la celda subterránea donde murió el santo polaco Maximiliano Kolbe, franciscano como él, quien dio su vida para salvar a un padre de familia.

La visita del papa coincide con el 75 aniversario de la sentencia a muerte a Kolbe.

El pontífice latinoamericano visitó después el campo de exterminio de Birkenau-Auschwitz II, donde murieron la mayor parte de las víctimas en cuatro hornos crematorios y donde estaban ubicadas las mujeres.

El gran rabino de Polonia, Michael Schudrich, elogió la decisión del papa argentino de permanecer en silencio durante su recorrido al campo.

“A menudo la gente viene a Auschwitz y guarda silencio sobre el holocausto judío por el resto de sus vidas. En cambio hay que pasar el resto de nuestras vidas, gritando y luchando contra todo tipo de injusticias”, comentó.

AFP

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