En dichos lugares la oposición deberá recoger, del 26 al 28 de octubre, cuatro millones de firmas (20% del padrón de votantes) que exige la ley para convocar la consulta.

En el simulacro, los dirigentes opositores motivaron a los electores para conseguir que el ‘firmazo’ sea simbólicamente un revocatorio en sí contra Maduro, ante la severa crisis económica que sufre el país por la escasez de alimentos y la elevada inflación, que el FMI proyectó en 475% para 2016.

“Tenemos que lograr más del 20%. Si sacamos 7 u 8 millones le estaremos diciendo a Maduro que queremos un cambio inmediato. Así se evitaría mayor daño al país”, dijo a la AFP Ismael Dacorte, un abogado de 51 años, en el colegio La Consolación, uno de los puntos de concentración en Caracas.

En respuesta, los chavistas se concentraron en Plaza Venezuela, en la capital, donde Maduro, quien llegó esta madrugada de un viaje a Turquía, les aseguró que la revolución “se ha recuperado del traspiés” de haber perdido la mayoría del Parlamento en los históricos comicios parlamentarios de diciembre.

“Hoy la revolución va en ofensiva hacia el año 2017, 2018 y más, y a la derecha lo que le vienen son días oscuros y tristes de hundimiento, derrota y división”, manifestó Maduro.

Vestida de rojo, al igual que Maduro, Bárbara Aranguren, administradora de 27 años, dijo a la AFP que seguirá “apoyando a la revolución porque aunque haya crisis” le dio vivienda y una beca para estudiar.

Henry Ramos, jefe del Parlamento, aseguró que pese a la poca presencia de opositores en esta jornada, habrá una masiva recolección de firmas. “Pelen el ojo: lo que viene es un pueblo movilizado para sacar a esta pandilla de hampones que están saqueando a Venezuela”, afirmó.

En San Cristóbal, capital del estado Táchira (fronterizo con Colombia), Ana Maria Ávila, estudiante de educación de 23 años, dijo a la AFP haber participado en la jornada porque “Venezuela está en un momento histórico”. “Estoy segura de que el cambio viene”, agregó.

En el único incidente de la jornada, seguidores del gobierno se enfrentaron a golpes y empujones a opositores en la entrada de la comunidad Villa Rosa, en isla Margarita, cuyos vecinos sonaron cacerolas al mandatario hace un mes.

Las concentraciones se realizan en medio de advertencias de la MUD de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), al que la oposición acusa de aliado del chavismo, al igual que al CNE, estaría a punto de emitir una sentencia para frenar el proceso del revocatorio.

Pese a que el CNE ya anunció que el referendo se hará en febrero o marzo (si se reúnen las firmas), la MUD insiste en que se efectúe este año porque si Maduro pierde habrá elecciones anticipadas, pero si queda para 2017, y es revocado, su vicepresidente debe terminar su periodo hasta 2019.

Desde que la oposición asumió en enero pasado la mayoría legislativa, por primera vez en 17 años de chavismo, el TSJ ha anulado todas sus decisiones y este miércoles anunció que revisará el presupuesto nacional que presente el gobierno, lo cual correspondía a los diputados.

Según la firma Venebarómetro, siete de cada diez venezolanos quiere un cambio de gobierno y 76,4% reprueba la gestión de Maduro.

AFP

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