“Hay ciertas medidas de sentido común que el Congreso puede tomar que harían más difícil para cualquier persona adquirir armas de guerra”, dijo el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, un día después de la matanza en un club gay que dejó 50 muertos y 53 heridos.

Earnest dijo que el Congreso puede aprobar medidas que “harían a nuestras comunidades más seguras y que no socavarían los derechos constitucionales de los ciudadanos respetuosos de la ley”.

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“El presidente ha estado realmente frustrado, y en algunos casos molesto por la inacción del Congreso”, señaló Earnest durante una rueda de prensa.

El ataque, el peor en suelo estadounidense desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, conmocionó al país y reactivó el recurrente debate sobre el porte de armas, un derecho protegido por la segunda enmienda de la Constitución y fuertemente defendido por grupos conservadores.

El mundo político estadounidense reaccionó rápidamente al tiroteo: en general, los liberales han argumentado la necesidad de mayores controles al acceso a las armas y los conservadores han exhortado a un endurecimiento de las medidas antiterroristas.

Pero Obama sostuvo que esas ideas no eran excluyentes: “No es lo uno o lo otro, es ambos. Debemos ir tras estas organizaciones terroristas y golpearlas duramente. Debemos contraatacar el terrorismo”, dijo a periodistas la mañana del lunes en la Casa Blanca.

“Pero también debemos asegurarnos de que no sea fácil para alguien que decide hacer daño en este país poder comprar armas”, añadió.

AFP

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