Manuel Antonio Noriega purga condenas en su país por desaparición de opositores durante su régimen entre 1983 y 1989.

“Mi papá ya salió de (la cárcel) El Renacer”, dijo a la AFP Thays Noriega, hija del militar.

Fuertemente custodiado, el exdictador de 82 años llegó pasadas las 22:00, hora local (03:00 GMT del domingo), a la residencia de Sandra Noriega, ubicada frente a la Bahía de Panamá, donde los periodistas permanecían apostados desde hacía varias horas lo mismo que al menos una docena de agentes de la Policía Nacional.

El traslado fue posible después de que tres tribunales de cumplimiento de igual número de condenas en firme en su contra convalidaron la medida (el último este mismo sábado), aprobada días atrás por la Sala Segunda de lo Penal del Supremo en atención a las recomendaciones de un equipo médico.

Noriega tiene programada para el próximo 15 de febrero una operación para extirparle una tumor cerebral benigno, que ha empeorado paulatinamente su complicado cuadro clínico, ya que padece enfermedades crónicas propias de un hombre de su avanzada edad, de acuerdo a la información oficial.

La caravana que transportó este sábado al exgeneral desde la cárcel El Renacer, en las afueras de la capital y en donde permanecía desde que llegó a Panamá en diciembre de 2011, arribó rauda al edificio ubicado en la acomodada urbanización Coco del Mar.

El auto en el que iba el exdictador ingresó al estacionamiento y allí descendió con dificultad, ataviado con chaqueta negra y gorra roja, mientras los periodistas tenían dificultades para captar el momento dado el fuerte cordón de seguridad.

El exgeneral fue ayudado por oficiales que lo colocaron en una silla de ruedas y lo llevaron al interior del edificio.

El otrora “hombre fuerte” lleva 27 años preso, 22 de ellos en EE.UU. y Francia por narcotráfico y blanqueo de dinero, y 5 de los 60 que tiene que purgar en Panamá por delitos que incluyen homicidio y graves violaciones a los derechos humanos.

 

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