Se trata de un código especial para el Servicio Secreto: al momento de intimidad de la pareja presidencial se le conoce como “El problema bosnio” desde la administración de Barack Obama, a quien se le conocía como “Renegade” (Renegado). A su esposa, Michelle Obama, se le llamaba “Renaissance” (Renacimiento), informa The Sun.

Por otro lado, al actual presidente se lo conoce como “Mogul” (Magnate, bastante predecible, entre otras), mientras que a Melania, su esposa, se le llama “Muse” (Musa).

De manera que, en los tiempos de Obama, los empleados solían referirse referirse al encuentro sexual así: “‘Renegado’ no está disponible, está con ‘Renacimiento’ discutiendo el ‘Problema bosnio'”, precisa Mirror.

Es de suponer que en el caso de Trump y de su esposa la fórmula seguirá funcionando, con la única diferencia de que los factores (léase “apodos clave”) tendrían que ser modificados.

La costumbre de ponerles nombres en código al presidente y a la Primera dama (y hasta al vicepresidente y su pareja) es de vieja data. Por ejemplo, al vicepresidente del gobierno Obama, Joe Biden, se le conocía como “Celtic”, y a su esposa, Jill, “Capri”.

Estos son otros ejemplos de los nombres codificados: el presidente Harry Truman (1945-1953) era conocido como “General” y a Bess, la Primera dama, “Sunnyside”; al demócrata John F. Kennedy (1961-1963) se le llamaba “Lancer” y a Jackie, su esposa, “Lace”; a Gerald y Betty Ford (1974-1977), “Passkey” y “Pinafore” respectivamente; mientras que a Bill y Hillary Clinton (1993-2001), “Eagle” y “Evergreen” recoge el medio McClatchy DC.

Lo que no se sabe es cómo se refería cada uno de ellos a esos momentos de intimidad…

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