Después de recoger una información de la Revista Focus, el diario ABC de España explicó que el primer intento tuvo lugar en un mercado navideño en Ludwigshafen, a finales del mes pasado. El explosivo no llegó a estallar porque el mecanismo de detonación falló.

El diario ABC señaló que el joven insistió en volver a colocar otro explosivo el pasado 5 de diciembre. Esta vez lo ubicó entre unos arbustos junto al ayuntamiento de Ludwigshafen, dentro de una mochila con clavos, pero entonces un transeúnte vio algo sospechoso y advirtió a la policía.

Las fuerzas de seguridad apuntaron que la sustancia explosiva era una mezcla del contenido de fuegos artificiales y bengalas. Además, explicaron que si bien la composición podía arder fácilmente, no podía explotar. Para realizar estos actos, el niño habría recibido instrucciones de supuestos seguidores del grupo Estado Islámico.

El niño se encuentra en un centro de detención de menores, y el Fiscal Federal se ha hecho cargo de las investigaciones sobre este acto de subversión violenta. El portavoz de la Fiscalía federal en Karlsruhe, Stefan Biehl, confirmó que se trata de un delito grave, pero evitó dar más detalles sobre el caso.

Según elperiodico.com, la semana pasada la policía detuvo a otros dos menores de 15 y 17 años con indicios de ser extremistas religiosos, que planearon un ataque contra las instituciones públicas de Aschaffenburg, una pequeña localidad de Baviera, en el sur de Alemania.

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