Kiersten Milles, de 22 años, le tomó tanto cariño a la pequeña que no dudó en realizar este acto tan desinteresado.

La bebé necesitaba con urgencia el trasplante ya que a las 10 semanas de haber nacido fue diagnosticada con atresia biliar, una rara enfermedad en la que el conducto biliar central del hígado (que conecta este órgano con el estómago y drena la bilis) no se desarrolla de manera normal.

De acuerdo con el portal The Chive, los ojos de la pequeña Natalia Rosko se habían vuelto grises y su piel se tornó amarilla. Los médicos pronosticaban que la bebé no llegaría a su segundo cumpleaños, pues es una condición que no tiene cura.

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La joven decidió donar parte de órgano a tan solo tres semanas de conocer a la pequeña. / Farra Gelato Rosko (vía Facebook)

La madre de ‘Talia’, como le dicen de cariño a la pequeña, habló con Star News Group y manifestó que debido a esto, su último recurso era una cirugía de trasplante; sin embargo, “encontrar un donante de hígado para un bebé era un proceso extremadamente difícil”, aseguró a ese medio.

El inconveniente radica, según dijo, en que esa persona tendría que estar perfectamente sana y debería ser lo suficientemente pequeño para que sea compatible. Además, añade que si el órgano proviniera de un fallecido, se necesitaría que fuera de un bebé.

Afortunadamente, ese tipo de donantes no se ven muy a menudo”.

La cirugía fue un éxito y los ojos de ‘Talia’, así como su piel, volvieron a su tonalidad natural. Para su madre, Farra Gelato, lo que hizo la joven niñera no puede describirse con palabras, no obstante, la identifica como un ángel en la tierra.

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