La mujer, originaria de Pensilvania (Estados Unidos), se negó a comer cualquier tipo de dulce, pero al ver que ‘engordaba’ a pesar de esa restricción, pensó que, tal vez, era una condición genética, informó Daily News.

Las fotos de su abuela y sus tías mostraban “gente gorda y redonda” cuando eran ancianas, aseguró a ese medio, por lo que, de alguna manera, creyó que ese también sería su destino.

Sin embargo, seis meses después de que se retiró de su trabajo, en el que pasaba ocho horas diarias de pie, Mary empezó a sentir un dolor muy fuerte en una de sus piernas. De acuerdo con el diario mencionado, la mujer pensó que tenía un coágulo de sangre, pues unos años antes había pasado por eso.

En ese momento decidió ir al hospital y allí le realizaron una tomografía computarizada, con la cual los médicos descubrieron una enorme masa en su vientre. Según Fox 29, Rick Boulay, ginecólogo con especialización en oncología, halló que Mary tenía un tumor de ovario de 63,5 kilogramos.

Después de cinco horas de cirugía, los doctores pudieron retirar el tumor, indicó ese portal. Asimismo, le quitaron la piel excedente, con lo cual la mujer perdió un total de 81 kilos. Mary ingresó en noviembre del año pasado al quirófano con 165 kilos y en la actualidad pesa 66.

Tras el éxito de la intervención, ella manifestó su alegría:

Estoy viva, estoy bien y estoy feliz”.

Este es el video en el que cuenta su experiencia y, además, se observa la gravedad del tumor, que resultó no ser canceroso:

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