Según un comunicado del gobierno maltés, no existen señales de una explosión previa al accidente aunque no se eliminó la posibilidad de un sabotaje. Una investigación está abierta para dilucidar los motivos del accidente, que se presentó unos momentos después de que la nave despegó.

El ministerio francés dijo que la aeronave había estado llevando a cabo misiones de reconocimiento en el Mediterráneo. “El vuelo formaba parte de una operación de vigilancia de la aduana francesa que desde hace cinco meses seguía las rutas de tráficos ilegales de todo tipo, incluido tráfico humano y de droga”, precisó el gobierno.

Tres de los muertos eran empleados del ministerio. Los otros dos trabajaban para la compañía que manejaba el avión, un Fairchild Metroliner Mark III registrado en Estados Unidos y alquilado por una compañía luxemburguesa.

La aeronave se estrelló a las 5:20 de la mañana (GMT). Situada a 350 kilómetros al norte de Trípoli, Malta está en primera línea de los esfuerzos desplegados por Europa para contener las oleadas de inmigrantes que llegan desde Libia en barcos manejados por contrabandistas que suelen estar involucrados en narcotráfico de drogas y armas.

AFP