Según se conoció este lunes, los hechos ocurrieron el domingo frente a la puerta de un establecimiento donde Roberto Cavana y el presunto agresor, de 72 años, mantuvieron una discusión en la que, según el relato de testigos, este último lo amenazó con que lo iba a “agarrar afuera”.

Es así que cuando Cavana se retiraba del hipermercado, el septuagenario supuestamente se le acercó y le disparó cinco tiros.

Seguidamente, ya con agentes policiales en el lugar del suceso, se encontró a la víctima tendida en el suelo junto a un arma de calibre 38 y un cuchillo.

Gustavo Trimarchi, el abogado del presunto agresor, especificó ayer que, según contó la cajera del local, la víctima quería pasar para pagar cuando era el turno de su defendido y, al adelantarse, se burló del hombre y, en “tono socarrón”, le dijo que “se había olvidado de efectuar una compra de toallitas femeninas”, lo que inició la “discusión verbal”.

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“El arma, en principio, podría ser de él. Esa es la hipótesis que maneja la Fiscalía” pero “el cuchillo que se encontró en el lugar, en principio, no sería de mi defendido”, aseguró el letrado en declaraciones al canal Todo Noticias.

También insistió en que el supuesto agresor, -dependiente de la insulina, con antecedentes cardíacos y problemas de tipo psiquiátrico- es una persona mayor que “no se encuentra en tiempo y en espacio” y que actualmente está “completamente desorientado”.

En un allanamiento del domicilio del presunto atacante se hallaron más armas, proyectiles y una antigua granada, supuestamente desprovista de dispositivo de acción.

Con EFE

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